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Las personas con movilidad reducida no quieren que se retiren las pajitas de plástico

Las personas con movilidad reducida no quieren que se retiren las pajitas de plástico

Starbucks dejará de usar pajitas de plástico en todos sus establecimientos a partir del año 2020 con el objetivo de reducir el impacto medioambiental. Se suma así a compañías como McDonald's, que anunció recientemente su intención de sustituirlas por otras de papel a partir del próximo mes de septiembre en los 1.361 restuarantes que tiene en las islas británicas, o Lidl. que las retirará de sus estantes todos los productos de un solo uso.

En su lugar, Starbucks ofrecerá una tapa reciclabe, que se convertirá en el accesorio predeterminado para todas las bebidas heladas a excepción del Frappuccino, que se servirá con una pajita hecha de papel o plástico biodegradable desarrollado a partir de almidón vegetal fermentado u otros materiales sostenibles, según explica la distribuidora de café en un comunicado.

Pero, ¿beneficia a todos esta medida? Para algunas personas con movilidad reducida, las pajitas son mucho más que una forma divertida de consumir bebidas y la importancia de retirarlas va más allá de proteger la fauna marina. "Quienes sufren parálisis cerebral o tienen afectados los miembros superiores no pueden sostener un vaso o un botellín, con lo cual son imprescindibles para que puedan tomarse un café o un refresco. Para nosotros es un elemento de accesibilidad y de autonomía personal", explica Francisco Sardón, presidente de la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física (PREDIF).

Otros tipos de artículos para sorber líquido no ofrecen la misma fuerza, flexibilidad y seguridad. Las pajitas biodegradables de papel pueden suponer un riesgo para las personas que no controlan por completo la mandíbula si se deshacen con facilidad, mientras que las de silicona a menudo carecen de la curvatura superior que sí tienen las convencionales; y las metálicas "es como si no existieran" porque no sólo tienen este problema, sino que además no son adherentes y "las personas con tetraplegia o patologías similares" no las pueden coger.

"Para nosotros es un elemento imprescindible de accesibilidad y de autonomía personal"

"Yo quiero pensar que los responsables de esas cadenas no son conscientes de lo que supone para nosotros el cambio", lamenta el representante de PREDIF, que insiste en la importancia de adaptar los envases: "Para nosotros es muy útil que sean articulables. El hecho de que puedas articular la pajita facilita mucho. Cuando es recta sólo se puede utilizar en una posición, que normalmente no es la que pueden utilizar las personas con movilidad reducida".

"Los clientes aún pueden obtener una pajita hecha con materiales alternativos y trabajaremos con la comunidad de discapacitados para asegurarnos de seguir cubriendo sus necesidades en el futuro", defiende Starbucks en declaraciones a la cadena de televisión estadounidense CNN, que dedica un artículo a los testimonios de algunas personas afectadas. Buen ejemplo de ello es Daniel Gilbert, un joven de 25 años con distrofia muscular de Duchenneque comenzó a usar tubos de plástico para ingernir líquidos a medida que sus músculos se debilitaban.

"Me haría feliz utilizar pajitas más respetuosas con el medioambiente. No tratamos de ir contra el medioambiente, simplemente de proteger a las personas con discapacidad", considera Gilbert, con quien coincide Emily Ladau, una activista y escritora que padece el síndrome de Larsen, un trastorno que afecta al desarrollo de los huesos y que le impide maniobrar en la silla de ruedas y beber al mismo tiempo.

Publicado Julio 18, 2018

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